ENCHILADAS MINERAS
Dicen que por su sabor les llegó la fama en
la época del auge minero. De lo tradicional guanajuatense, no hay platillo que
le haga competencia a las enchiladas mineras.
Tortillas rellenas de queso ranchero y cebolla, bañadas en una salsa de chile guajillo, comino, orégano, ajo y cebolla, que tienen su origen a finales del siglo XVII, cuando Guanajuato era centro minero y en un rancho muy cerca de la presa de la olla, una mujer decidió cocinar para los visitantes.
Arturo Vázquez, del restaurante "Las Leyendas", Guanajuato, dijo: “como era paso, tránsito de gambusinos, la señora se dedicó a dar comidas, tenía ganado, tenía leche, fabricaba quesos”.
La leyenda alrededor de este tradicional platillo dice que hasta Guanajuato llegó un hombre del norte en busca de suerte.
“Y añorando la comida de su región, le pidió a la señora que hicieran unas tortillas enchiladas”, expresó Arturo Vázquez.
Ella les añadió papa y zanahoria, una pieza de pollo, lechuga, jitomate, cebolla morada y blanca, crema y chiles en vinagre.
“A partir de ahí empezó a agarrar conocidos, se empezó a conocer y por el precio que lo daban la mayoría de las personas que lo pedían eran mineros”, comentó Vázquez.
Hoy las enchiladas mineras son platillo para todos los paladares que recuerdan el tiempo del oro y la plata del Guanajuato de otra época.
Tortillas rellenas de queso ranchero y cebolla, bañadas en una salsa de chile guajillo, comino, orégano, ajo y cebolla, que tienen su origen a finales del siglo XVII, cuando Guanajuato era centro minero y en un rancho muy cerca de la presa de la olla, una mujer decidió cocinar para los visitantes.
Arturo Vázquez, del restaurante "Las Leyendas", Guanajuato, dijo: “como era paso, tránsito de gambusinos, la señora se dedicó a dar comidas, tenía ganado, tenía leche, fabricaba quesos”.
La leyenda alrededor de este tradicional platillo dice que hasta Guanajuato llegó un hombre del norte en busca de suerte.
“Y añorando la comida de su región, le pidió a la señora que hicieran unas tortillas enchiladas”, expresó Arturo Vázquez.
Ella les añadió papa y zanahoria, una pieza de pollo, lechuga, jitomate, cebolla morada y blanca, crema y chiles en vinagre.
“A partir de ahí empezó a agarrar conocidos, se empezó a conocer y por el precio que lo daban la mayoría de las personas que lo pedían eran mineros”, comentó Vázquez.
Hoy las enchiladas mineras son platillo para todos los paladares que recuerdan el tiempo del oro y la plata del Guanajuato de otra época.
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